Hoy 12 de diciembre de 2017 hace doce años que Roots Tattoo abrió sus puertas en Granada. No nos damos cuenta de que el tiempo pasa hasta que miramos atrás y vemos el camino andado, cuando vemos el paso de los años en el espejo o la juventud en las fotos antiguas.
Los tatuajes al igual que las cicatrices, las arrugas y las canas muestran la vida que llevamos a nuestra espalda. Casi todos nuestros recuerdos están ligados al dolor de una forma o de otra tarde o temprano, ya que todo en la vida es efímero y nuestra naturaleza nos lleva a querer conservar las cosas buenas para siempre, cosa que es imposible.
Luchamos para conseguir y conservar cosas que deberíamos saber que algún día perderemos. Cuanto más luchamos, más las queramos o más tiempo las conservamos más sufriremos cuando las perdamos. Cada persona debe decidir por qué cosas merece la pena luchar y a cuáles debe resignarse, no todo lo que deseamos nos beneficia y cada mala experiencia es mucho más útil de cara al futuro que las buenas dado su carácter didáctico.
La condición luchadora o conformista de cada individuo no debe considerarse un defecto o virtud a no ser que sea desmesurado y radical. La fuerza de voluntad se transforma en terquedad, la autoestima se vuelve orgullo y la prudencia en indecisión o cobardía. El equilibrio y la armonía se encuentran en el llamado “justo medio” de Aristóteles o el Wei wu wei taoísta.
La personalidad propia es una combinación del tipo de cualidades innatas y su proporción, moldeada por la experiencia. La voluntad puede hacer que seamos capaces de rectificar los excesos de carácter heredados genéticamente. En una partida de cartas la genética sería el elemento azaroso, las cartas que te han tocado, pero en base a ellas la forma de jugarlas es la que nos puede llevar a la victoria, a acercarnos más a nuestro “Super yo”, el prototipo Freudiano de personalidad ideal.
Tras doce años desde que Roots Tattoo se inauguró este estudio y yo somos una misma cosa. Como ya dije en la anterior recopilación en el estilo de cada artista puede leerse entre líneas su personalidad. Roots Tattoo es en sí la obra de mi vida, me he dedicado plenamente a él desde que nació, sacrificando si ha sido necesario vacaciones o días festivos, dedicando a cada cliente el tiempo que a menudo no he tenido para personalizar los trabajos y atender las dudas.
Doce años luchando, sufriendo y disfrutando. Salvando obstáculos e ingeniando cosas nuevas nuevas para mantener a flote frente a la enorme competencia leal o desleal, el intrusismo o las malas lenguas que siempre dan más morbo que las buenas. Sabiendo que si el barco se hunde yo me hundiría con él y siempre agradeciendo la confianza y la lealtad que muchos habéis depositado en mí. Tratando de mejorar en todos los sentidos para poder seguir haciendo aquello a lo que consagré mi vida hace 21 años.
Cuando vives de hacer lo que te gusta el trabajo se convierte en placer. Tener mi propio estudio de tatuajes era el sueño de mi vida y una vez conseguido empieza lo más complicado; mantener la ilusión de vivir de ello y para ello.
Un pequeño artículo en el que recordamos gráficamente lo que ha sido y la gente que ha pasado por este estudio de tatuajes en los doce años que lleva abierto y funcionando.
También incluye un documental corto realizado por los alumnos de fotografía e iluminación del Instituto Albaicyn.