El libro “Componiendo sobre el cuerpo” no es solo un libro sobre tatuajes para mí. Es un resumen de lo aprendido durante la mitad adulta de mi vida sobre el oficio al que he decidido dedicársela.
Comencé a escribir un esbozo entre 2006 y 2007, al poco de abrir Roots Tattoo, y decidí retomarlo como proyecto de fin de carrera de Bellas Artes entre 2012 y 2014, ya que fue el mundo del tatuaje el que me motivó a estudiar esta carrera, a la cual he dedicado más tiempo que nadie para sacarle un mayor provecho.
Siempre he alternado la carrera con dos trabajos. Los primeros años trabajaba en la noche y tatuaba en casa de manera autodidacta, teniendo poco tiempo para ir a clase, por ello decidí matricularme cada año de un pequeño número de créditos, dos o tres asignaturas.
A mediados y finales de los años noventa, cuando empecé a tatuar en mi ciudad natal, Jerez de la Frontera y en el Puerto de Santa María comenzaba a escucharse a la gente decir “…los tatuajes también son arte”, “…esto es una forma de arte”, pero cuando escuchaba estas cosas sabía perfectamente que ninguno de los que estábamos en la habitación sabíamos lo que era el arte, incluído yo.
Cuando sientes al primer contacto y de forma tan clara que quieres dedicarle el resto de tu vida a un oficio, que además me estaba prohibido (yo tatuaba a escondidas de mi familia, ya que por aquellos tiempos era considerado propio de delincuentes y más si te has criado entre una de las muchísimas familias honradas que habitamos en “barrios obreros” como San Telmo), entiendes que tienes que meterte de lleno y sin reservas.
Comprendí que si quería ser un artista tenía que dejarlo todo, familia y amigos para empezar una nueva vida en Granada. Estudiar una carrera complacía a mis padres y al mismo tiempo suplía mi carencias con respecto al arte en general.
Pienso que el aprendizaje consiste en una combinación de enseñanzas y experiencias filtradas por la madurez que estas nos dan. Se puede aprender algo de todas y cada una de las personas, bueno o malo, y todo ello es beneficioso para nosotros. La cuestión es la utilidad que le demos a esos conocimientos, ya que son los que forjan nuestra personalidad y nuestra moralidad.
Puedo asegurar que he aprendido tanto trabajando en pubs y discotecas como estudiando en la carrera, y todo lo aprendido lo he aplicado a aquello de lo que vivo y para lo que vivo, el tatuaje. Alargar tantísimos años la carrera (me da vergüenza admitir cuántos han sido exactamente) ha sido una forma de disfrutar la etapa universitaria y continuar conectado con el mundo del arte.
Sin duda volvería a tomármelo con la misma calma, ya que al vivir de hacer lo que me gusta y no tener intención de cambiar esto, cuanto más tiempo mantuviera el contacto más aprendería, y yo no vine a Granada a por un título, vine a aprender.
Por esto es tan importante para mí este libro que cierra una etapa de mi vida, y por eso necesitaba que el ciclo se completara con el asunto con el que comenzó; mi pasión por el tatuaje.
En “Componiendo sobre el cuerpo” no solo muestro pues datos sobre el tatuaje y el arte, sino que además aporto un enfoque muy íntimo y personal de este asunto. Es además de una guía útil para conocer los estilos de tatuajes o cómo adaptarlos correctamente a la zona del cuerpo un ejercicio de sinceridad, de mostrarme al desnudo.
Es por eso que cuando veáis que en ocasiones me ando por las ramas extendiéndome con argumentos alternativos estoy abriendo una puerta trasera a aquello que no se aprende estudiando o investigando, estoy mostrándome a mí.
Si sabéis leer entre líneas encontraréis al autor, a la combinación de lo vivido y lo aprendido, con mis creencias y mi corazón al descubierto, compartiendo y tratando de hacer llegar lo que el tatuaje significa para mí. Por eso es tan importante este libro para mí.
Espero que disfrutéis leyéndolo tanto como yo lo hice escribiéndolo.
Serafín Rabé.