Al igual que en la primera entrega, este segundo número de tatuajes seleccionados como especiales tiene también como protagonista a una persona especial para mí; mi amigo Jose Cabrera.
En este apartado prestaremos mucha atención a los tapados y arreglos de tatuajes antiguos o mal realizados, ya que contienen mayor y mejor contenido técnico que resaltar, al explicar las estrategias utilizadas para tapar el tatuaje no deseado.
Este es el caso de mi amigo Jose, que quería taparse un tatuaje bastante grande y completamente negro en su brazo derecho.
Debo confesar que parte del tatuaje que está tapando el elefante Ganesha fue realizado por mí, unos quince años atrás.
El atrapasueños con las plumas que rodea al indio muerto en su caballo se lo añadimos al poco de conocernos, antes de que se asentara definitivamente en Almuñécar desde Granada. No por ello perdimos el contacto, de hecho, gracias a él tuve durante más de seis años el estudio de Almuñécar, y compartimos techo allí la tercera parte de este tiempo.
El paso de los años y el uso de técnicas y materiales ahora obsoletos (por aquellos años las agujas teníamos que soldarlas a mano, cosa que hace tiempo que ya no hacemos ningún tatuador, y la calidad de las tintas ha mejorado notablemente) han hecho que el tatuaje haya perdido intensidad en el relleno y que las líneas se hayan desagrupado haciéndose menos compactas.
Debido a que el pensamiento y las preferencias evolucionan mucho desde ser apenas adulto a ser ya un hombre maduro y padre de familia (de hecho el pasado junio hice su primer tatuaje por sus dieciocho a su hijo mayor), Jose tenía gran apetencia por el estilo oriental y muchas ganas de color.
Como ya tiene una cantidad considerable de tinta en el cuerpo, toda mía y de Javi, mi predecesor en Almuñécar, y al no tener interés en conservar este tatuaje que ocupa un lugar tan privilegiado me propuso hacer un cover up en su brazo derecho, a lo cual accedí.
Tras haber investigado sobre la simbología de los motivos orientales en general y habiendo consultado mucho material gráfico (el cual me fue mostrando durante meses cuando nos veíamos) finalmente se decidió por el multiforme dios Brahma en su forma más benévola y reconocible, Ganesha.
Ganesha, también conocido como Ganesh, es la forma productora del mayor de los tres grandes dioses del hinduismo (pronto veremos la triplicidad de las religiones en el capítulo “Céltico” del libro). Se le representa como un elefante antropomórfico de género masculino, aunque con largas pestañas y mirada femenina.
Al haber leído tanto sobre la simbología del personaje y de los elementos con los que tradicionalmente se le representa, Jose quiso incluir todos esos pequeños detalles que lo caracterizan, como los pomposos ropajes, la corona y las halajas de oro, la pequeña rata que le acompaña, el trozo de cuerda en la mano y la postura sedente en posición de flor de loto.
A esta postura se la conoce así porque a muchos personajes religiosos orientales a los que se representa en esta posición se les hace sobre una gran flor de loto. Ya sabemos que todas las religiones tienen muchas cosas en común con sus hermanas, más aún si son vecinas en su origen. Incluso hay iconos religiosos como la esvástica o la mano de Fátima que son religiosamente universales. Por este fenómeno de influencia podemos encontrar en esta postura a nuestro elefante Ganesha, al profeta Buda e incluso al Cristo Pantocrátor, representación muy común de los frescos de los monasterios románicos en las que la cara del Cristo juez sedente tiene unos rasgos muy similares a las ilustraciones orientales, solo que en lugar de estar sobre el loto se le sitúa dentro de lo que conocemos como “Almendra Mística”.
Aspectos técnicos del tapado del tatuaje.
Este cover era técnicamente difícil de realizar, ya que la gran cantidad de tinta negra ocupaba un lugar privilegiado del brazo, por lo que necesariamente teníamos que ocultarlo con el elemento principal.
La suerte es que de antemano teníamos previsto utilizar color, ya que tapar el tatuaje solo con negros y sombras hubiera dado un resultado demasiado oscuro y confuso. La aplicación esmerada y concisa de la tinta y los excelentes cuidados posteriores hicieron que el acabado final luciera el color sin apenas perdida de intensidad, cosa bastante frecuente tras la curación.
Para conseguir que el tatuaje tuviera espacios libres que oxigenaran la composición y que pudiera distinguirse bien el diseño busqué la única parte aprovechable del dibujo anterior, el interior del atrapasueños, y procuré que el tatuaje nuevo mantuviera intacta la piel virgen.
De esta forma además colocamos el peso del tatuaje en su parte inferior, con lo que el conjunto gana en estabilidad.
Para conseguirlo ideé una corona con una extensión circular que disimula el aro del artefacto. El cuerpo del indio y el cuchillo los he eliminado con una brizna de humo negro, utilizando el justo para que tape el viejo tatuaje.
Estos recursos abstractos son muy útiles porque permiten ocultar totalmente el tatuaje anterior sin necesidad de excusas, teniendo siempre en cuenta no abusar de ellos para no hacerlo vulgar o repetitivo.
Una vez terminado el tapado, aún quedaba un buen trozo de brazo sin tatuar. Para terminarlo de cerrar utilizamos también un motivo* oriental, en esta ocasión una máscara de demonio japonés rodeada de aguas encrespadas. El tipo de flores hace que ambos tatuajes combinen a la perfección.
Estoy muy contento con cómo quedó este tapado, y es un buen ejemplo de las posibilidades que tiene el color para tapar un tatuaje viejo. Pronto veremos más arreglos en esta sección, en la que podréis encontrar muchas soluciones para tomar la mejor decisión si queréis tapar o quitar un tatuaje antiguo o mal realizado.
Hasta la próxima!!
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GALERÍA DE TAPADOS
*Palabras contenidas en el glosario.
Menuda suerte tener además de un gran amigo.un super artista del tatuaje.sus diseños son verdadero arte y su trabajo muy profesional para mi el mejor tatuador del mundo.