Comenzamos una nueva edición recopilatoria de trabajos realizados durante el año 2014 en este estudio de tatuajes* de Granada.
Veintiséis recopilaciones de tatuajes de todos los estilos en los que pueden irse apreciando entre líneas tanto las tendencias hacia las que se inclinaba cada año el público (al menos el mío) como la evolución personal profesional.
También aprovecho la oportunidad en estos espacios recopilatorios para abordar algún tema relacionado directa o indirectamente con el mundillo del tatuaje o el piercing*.
De esta forma creo que aporto un contenido más interesante que si solo abordo los aspectos técnicos o las anécdotas particulares de cada tatuaje.
Dragones orientales, calaveras, samurais y jokers son temas de representación muy comunes en la piel de todas las épocas desde que el tatuaje comienza a desarrollarse como forma de arte en los países occidentales.
El motivo de la persistencia de un tipo de motivos* en el cuerpo es, aparte de que pueda tener una simbología implícita, que no sea consumido masivamente por las modas.
Un motivo muy tatuado en el cuerpo puede llegar a convertirse en un icono y verse en la piel de generaciones muy distantes, esto lo convierte en un símbolo atemporal. El inconveniente es cuando se masifica su consumo en un breve período de tiempo debido a que se haya puesto de moda.
En uno o dos años un tipo de tatuaje que acabe de llevarse a la piel o que ya formara parte de un estilo aparece en el cuerpo de una estrella del cine o la música o un futbolista o modelo famoso/a y automáticamente puede producirse una reacción en cadena que origine que miles e incluso millones de personas quieran llevarlo también.
Esto hace que la sobrexplotación de un icono genere un tópico creado por las modas y el público se sature de su repetición y tras el boom inicial de este quede censurado en un fenómeno de saturación visual por el que aunque le atrayera mucho la imagen representada desistirá en su ejecución en la piel porque “ya está muy visto”.
De esta forma, la iconografía dermográfica* no solo está al antojo de las modas, sino también al del fenómeno contrario, al que podríamos llamar antimoda.
Para la elección de un diseño* para tatuajes lo más importante es precisamente la no elección de este, sino la decisión. Elegir implica escoger entre las opciones que se nos dan, mientras que una decisión es propia y original.
Para tomar una decisión sobre la escena, el símbolo o el texto que queramos llevar en el cuerpo es bueno que miremos ejemplos por internet, además de que sirva como inspiración, para conocer el lenguaje y las posibilidades de la técnica y encontrar al tatuador que mejor se adapte a nuestras necesidades.
Si tomamos la vía rápida de copiar directamente un tatuaje que hayamos visto y exigir al tatuador que nos lo haga exactamente igual no solo estamos invadiendo la autoría y la exclusividad de terceros, sino que además le estamos restando importancia a nuestro tatuaje.
Cualquier motivo es interpretable, adaptable o evolucionable. Nos tatuemos una rosa, una calavera o un dragón siempre podemos buscar la forma de que sea único y original en nuestro cuerpo.
Se trata de tomar conciencia de que cuando vas a hacerte un tatuaje no estás en una tienda de ropa en la que hay una serie de productos a escoger totalmente condicionados por las modas de la temporada, y que hoy puedes llevar la misma camiseta que tu amiga y mañana me pongo otra.
Un tatuaje vas a llevarlo siempre, luego debes dedicarle el tiempo necesario a pensar qué idea, sentimiento o recuerdo quieres expresar con él. Comienza por idear con qué imagen ya sea metafórica o no te gustaría para representarla.
Es mejor que si el tatuaje representa el concepto a plasmar de forma metafórica guarde algún tipo de retórica o analogía con la forma de representación que vayamos a utilizar en lugar de utilizar una metáfora pura, para que el fenómeno de asociación ayude al espectador (ya sea una tercera persona o el propio coleccionista*) a entender el por qué del tatuaje, de forma que transmita su mensaje con mayor claridad y eficacia.
Por ejemplo, si dices “Quiero representar a mi madre y me voy a hacer un dragón en toda la espalda”, habría que buscar una excusa o algún elemento común entre tu madre y un dragón. Por ejemplo, podrías empezar por hacerte un dragón hembra.
Originariamente los dragones orientales más tradicionales llevaban sujeto con la punta de la cola un objeto para diferenciar su sexo, un bastón para los dragones macho y un abanico para las hembras.
Luego, si a tu madre tenía algún tipo de flor favorita puedes rodear de estas flores al dragón aunque no sean las habituales del estilo oriental o incluso otros objetos que la representen, sabiendo resumirlos al máximo, con uno o dos elementos ya es suficiente.
De esta forma lo estás personalizando, estás siendo original y además estás introduciendo un significado y una simbología personal y particular tuya.
También puedes buscar algún significado propio del estilo al que se va a traducir. Por ejemplo, si tus padres vivieron juntos o aún lo hacen hasta que la muerte los separe (cosa poco habitual en estos tiempos) puedes añadir a la composición una pareja de aves fénix (Feng Huang) volando juntos, lo que significa matrimonio feliz en la simbología oriental.
Si lo hacemos de esta forma aprovechamos los recursos artísticos del tatuaje japonés con un mensaje personal.
Es muy habitual que en un arrebato de querer hacer más evidente el mensaje de la obra el coleccionista quiera introducir en el tatuaje el nombre o la fecha de nacimiento de un familiar, una pareja o medio árbol genealógico.
Esto puede quedar bien en tatuajes pequeños, pero cuando se trata de un trabajo grande y elaborado no es estéticamente recomendable, ya que condiciona estéticamente toda la composición.
Una metáfora es una forma estética de representar una idea con mayor o menor sutileza. Si has conseguido eso y al final del trabajo quieres introducir donde quepa un “Mamá, 12/X/1978” la sutileza del mensaje se va a paseo y seguramente la composición general también a no ser que se haya tenido en cuenta desde el principio. Es como si en mitad de la Gioconda Leonardo hubiera escrito un “Chari te quiero”, resultaría vulgar y poco decoroso.
Y hasta aquí esta entrega de los mejores tatuajes realizados en 2014 en Roots Tattoo, Granada. Espero que la hayáis disfrutado y que la lectura y las imágenes hayan sido amenas y provechosas. Pronto volvemos a vernos con más tinta y más palabras. Recuerda que puedes añadir tus comentarios sobre lo que te ha parecido o tus aportaciones y dudas acerca del tema que se trate en cada publicación.
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