En infinidad de ocasiones un tatuaje* comienza por ser de un tamaño y para una zona concreta, pero cuando lo vemos terminado comenzamos a ver vacía la parte de alrededor muy vacía y comienzan a venirnos a la cabeza posibles formas de expandirlo hacia otras zonas del cuerpo.
Este es un suceso muy típico en el mundo del tatuaje. Es el síndrome de “Quiero más tinta”, que se apodera de todo aquel que se hace más de un par de tatuajes y actúa como si de una droga se tratase.
En principio este fenómeno comienza por verse algunas zonas muy libres del cuerpo, alejadas las unas de las otras para poner algún detalle más que decore nuestro cuerpo, pero poco a poco según nos vamos llenando lo que nos va molestando son los huecos libres que van quedando entre tatu y tatu, hasta que se genera cierta fobia a los espacios en blanco.
Con este trabajo conocí a este cliente y ahora amigo, Jose, que vino por recomendación de una amiga común.
Jose vino con la idea de hacer una cara de una india precolombina con un tocado hecho con las partes combinadas de animales.
Los animales son muy respetados y venerados por muchas culturas tribales, como la azteca o la celta, y eran muy representados por marcas totémicas.
Una vez terminado este tatuaje en la parte exterior de la pierna, con cierto toque tradicional y acompañado de la decoración habitual de la cultura indígena americana de la época anterior a la colonización, comenzamos a estudiar la forma de ampliarlo para cerrar la pierna.
El primer paso para la ampliación del tatuaje fue introducir una cara masculina de características similares en la parte interior de la pantorrilla. Si en la parte exterior utilizamos un águila, un oso y un lobo para esta otra introdujimos un buitre, un camaleón y una serpiente plumada, símbolo característico de esta cultura que representa a su mayor divinidad, el dios Quetzacoatl*.
En realidad el camaleón y el buitre no son animales representativos del tatuaje azteca o maya, fueron más una elección personal por gustos propios. En nuestro cuerpo tenemos derecho a hacer nuestras propias versiones del estilo que nos agrade, el arte no tiene limitaciones y no hay evolución sin innovación.
Como características principales de este tatuaje hay que destacar la solidez de la línea* que resulta necesaria para definir y diferenciar bien las partes que la componen, y una sombra* muy básica para que no eclipse el detalle de dicha línea pero tampoco dé la sensación de inacabado.
Para cerrar la composición utilizamos en la parte negativa* posterior un pez y en la anterior una lechuza con las alas abiertas.
La apertura de las alas hace que suban por encima de la pantorrilla, a ambos lados de la rodilla, dando la sensación de que fueran unas grebas aladas de armadura y cerrando en la parte posterior, sobre el gemelo.
Las zonas delantera y posterior del conjunto tienen aún menos sombra que las caras de los laterales para que puedan distinguirse bien las partes, ya que la intención del tatuaje es de tener un aspecto barroco sin absolutamente ningún espacio vacío.
ARTÍCULO RECOMENDADO: EL TATUAJE TERAPÉUTICO
DESTACADO ANTERIOR | SIGUIENTE
GALERÍA DE TRABAJOS | PUBLICACIONES
INICIO | TIENDA
*Palabras contenidas en el GLOSARIO
