El género de terror en los tatuajes es una categoría que tiene muchas variantes. Es el miedo en su máxima expresión, y el miedo tiene una cara diferente para cada persona.
El terror es un concepto ampliamente desarrollado por la literatura y la industria del cine. Puede conseguirse mediante varias vías como el asco, el maquillaje morboso o los sobresaltos repentinos tras una expectante tensión… También existe el denominado terror psicológico, el cual no acontece para el campo del tatuaje* pues no se consigue mediante la vía estética, que es la que se puede plasmar en la piel. Normalmente en las películas de cine el causante del miedo, ya sea monstruo, fantasma o asesino en serie está muy caracterizado, por lo que es fácil de reconocer y por tanto se convierte en un icono para el coleccionista*.
En el ámbito del tatuaje es muy habitual representar de forma realista las escenas de películas de terror, en especial las clásicas. El realismo* es una gran ayuda a la hora de reflejar el terror en la piel al hacer más creíble la escena representada, y por lo tanto consigue una mayor involucración por parte del espectador.
Los personajes clásicos como Drácula, la criatura de Frankenstein, la momia, los zombis o el hombre lobo son motivos imperecederos, tanto si son tatuados de forma realista como en cualquier otro estilo de tatuaje. Otro motivo muy recurrido son los monstruos en general, dentro de los cuales son muy populares los alienígenas, las criaturas invasoras del espacio exterior que pueden ser tentaculares, con la cabeza grande y solo unos grandes ojos saltones en la cara, a veces antenas o con grandes bocas y colmillos.
Los alienígenas no están sujetos a patrones concretos de representación, sino que el artista tiene la licencia de inventarlos a su antojo, de manera que puede tomar elementos ya establecidos para diseñar alienígenas, pero no está condicionado por ellos a no ser que el coleccionista se lo pida.
En realidad, ningún monstruo se rige por unas características específicas salvo los que hayan sido explícitamente descritos por su creador. Esto hace que cualquier monstruo terrícola podría ser interpretado como un alienígena y viceversa, es por ello que si queremos darle un carácter de una cosa u otra debemos reflejarlo mediante el fondo o los elementos que lo acompañen, de manera que si por ejemplo creamos un alienígena con el cuerpo peludo como un “big foot” deberemos añadirle un platillo volante en el fondo o un arma láser en la mano para que se le pueda interpretar como tal.
Salvando esta necesidad de caracterización para catalogarlas, las criaturas son un tema libre en el que el tatuador tiene la oportunidad de ser creativo sin ningún tipo de limitación excepto su propia imaginación.
Uno de los temas estrella del género de terror son las calaveras. Las calaveras son las eternas acompañantes de las cubiertas de los discos y la piel de los aficionados a la música rock y metal. Tienen una gran cantidad de interpretaciones.
La más conocida es su relación con la muerte. La calavera es lo que queda de una cabeza después de su descomposición tras la muerte, y es muy acompañable de gusanos y otros elementos pútridos que casan tan bien con el terror. También la muerte como personificación es representada como una dama con túnica negra y cara y manos de hueso.
Las calaveras no son muy caracterizables en lo que se refiere a la expresión de la cara, salvo una sonrisa maléfica o unas cuencas de ojos tristes, pero son elementos factibles tanto como acompañantes de un elemento principal como si son ellas el centro de atención. Pueden ser realistas o no, pueden tener solo el cráneo o también la mandíbula inferior, conservar algún globo ocular, añadírsele cuernos o mostrar el resto del esqueleto, las calaveras son uno de los elementos más populares del terror en los tatuajes.
Es más habitual encontrar el terror en los tatuajes con el acabado en escala de grises, sin color. En ocasiones se utiliza el color de una manera sutil, para envolver la figura o de manera monocromática en ella. En cualquier caso, si se utiliza una amplia paleta de colores en todo el tatuaje no suele dársele demasiada intensidad, salvo en el caso de un estilo relativamente reciente conocido como Blood Pudding*.
Este estilo combina los motivos de terror con el “New School”, con lo que llevan un colorido variado e intenso. Encontramos en él pin ups que combinan el toque “sexy” con lo pútrido y lo asqueroso como elemento más característico del estilo.
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