5.7 ESPALDA

 

La espalda es sin duda la parte del cuerpo en la que se nos brinda la oportunidad de hacer un tatuaje de mayor tamaño. Es la superficie plana más extensa del cuerpo, y además se le pueden anexionar los glúteos. No solo es más ancha que el torso anterior, sino que además los músculos que la componen crean menos zonas abruptas, y no tiene elementos que evitar como pezones y ombligo. Es por esto que un usuario habitual de la técnica del tatuaje, si tiene pretensiones de incorporar mucha tinta a su cuerpo debe reservar este lienzo y estar especialmente seguro cuando vaya a tatuarlo, ya que puede perder la posibilidad de crear una composición íntegra y coherente con unos parámetros comunes y globales si se apresura a realizarse un tatuaje de mediano tamaño.

 


La estructura de la espalda está regida por varios elementos. Está dividida en dos en su vertical por la espina dorsal, aunque es una partición que podemos obviar si queremos. En la parte superior de la espalda encontramos el conjunto del redondo, el dorsal ancho y la escápula. Entre ambos hemisferios y ayudando a discernirlos está el trapecio, que dibuja un rombo desde el centro de la columna vertebral hasta los hombros y de estos a la nuca.
En la parte inferior de la espalda encontramos el fascia torácico lumbar y el erector espinal ocupando el centro, sobre el glúteo mediano, que corona las nalgas o glúteos mayores. A los lados, bajo el dorsal ancho, encontramos el comienzo del oblícuo externo, que parte hacia la cara delantera del cuerpo.

 

 

Si no va a tatuarse la espalda completa los hombres tienen mayor tendencia a ocupar la parte superior y las mujeres la inferior, debido a las respectivas morfologías específicas de cada sexo. En el hombre un tatuaje bien ubicado en su parte superior y acompañando correctamente la dirección de los músculos puede crear el efecto óptico de tener más anchura de hombros, al igual que en la parte inferior de la mujer puede embellecer las caderas e incluso hacer que las piernas parezcan más largas. También puede hacerse que la mujer aparente ser más ancha de hombros, pero se estaría potenciando una cualidad masculina en un individuo de sexo femenino. Esto no quiere en absoluto decir que las mujeres no deban tatuar la parte superior de su espalda, si se sabe cómo hacerlo para que la espalda parezca más ancha también se debe saber cómo evitarlo, ya que no es un efecto que surja por casualidad.

 


La zona del dorsal ancho, redondo y escápula son buenos receptores para un tatuaje de forma circunscribible u ovalada. Puede tener el tamaño que se desee, pero hay que tener en cuenta que cuanto más pequeño sea más tendrá que acercarse a la esquina superior exterior de la espalda, llegando incluso a montarse en el hombro. Las formas redondas también son bien recibidas en el centro de la zona superior de la espalda, siempre que su epicentro quede como poco en el centro de la zona, es decir, que debe estar a la mitad de la mitad de la espalda como muy bajo. Si el tamaño va disminuyendo, tendrá también que irse desplazando hacia arriba, mínimo a lo más bajo a un octavo de espalda desde arriba si es muy pequeño, pudiendo subirse si se desea hasta la nuca indiferentemente.

 

 

En esta zona también es posible introducir un tatuaje alargado con una ligera forma de “V” muy abierta y preferentemente simétrica. Para que este tatuaje funcione correctamente debe acoplarse al borde inferior del trapecio y a donde se intuye que está la clavícula por la parte posterior. Esta es la forma más sencilla y que demanda menos tinta para crear el efecto de espalda ancha. También puede conseguirse con forma de pirámide invertida, o incluso llenando la totalidad de la mitad superior de la espalda, teniendo en cuenta que los límites laterales exteriores deben estrecharse según se baja, como una pirámide invertida truncada si se quiere conseguir este efecto.

 


Un tatuaje alargado también puede ubicarse en la vertical de la espalda, sobre la columna vertebral ya sea en toda su longitud como en la mitad inferior o superior. También a medida que se empequeñece el tatuaje alargado deberá localizarse más cerca del sacro si es en la parte inferior y de la última vértebra cervical, la más prominente, si es en la superior. Debemos tener presente que el motor del aparato locomotor son las cinturas pélvica y clavicular, son las que balancean el cuerpo para compensar los cambios en el centro de gravedad del cuerpo debidos al movimiento. Podemos asociar un tatuaje a una de ellas o a las dos, pero no podemos ignorarlas y situar un tatuaje justo en el medio de ambas sin que interactúe con ninguna de ellas porque quedaría enrarecido.

 

 

Un tatuaje debe parecer parte del propio cuerpo, no una prótesis ortopédica. Pese a que hemos dicho que en tatuajes de grandes dimensiones podemos ignorar la espina dorsal, también podemos potenciar su presencia. El problema de tatuar la columna vertebral es que si para alguna operación de cintura para abajo o para un parto sin dolor debe aplicarse la inyección epidural entre la cuarta y la quinta vértebra lumbar, y si hay posibilidad de introducir pigmentos en la médula espinal por la presencia de un tatuaje el aplicador se retractará de realizar la punción. Al igual que en la parte frontal de la clavícula, la columna vertebral puede aceptar a uno o ambos lados una masa de tinta paralela a ella, lo cual atrae la atención hacia ella, dándole protagonismo al resaltar la piel sobre la zona tatuada.

 


Como elemento divisorio, la espina dorsal es también una excusa anatómica para tatuar una sola de las mitades verticales de la espalda. La parte que pega a la columna tendría un corte medianamente recto y la exterior puede ser recta tomando la columna como elemento al que se somete o adaptarse a los músculos sobre los que se sitúa, el trapecio, el dorsal y hacia el glúteo mediano, que se puede bordear por su parte superior estrechándolo hacia la columna para lograr el ya mencionado efecto de ensanchamiento de la espalda. En este caso podremos usar el músculo fascio como cuando en la parte superior apuntamos un tatuaje hacia abajo sobre el trapecio.

 


La zona inferior de la espalda puede albergar tatuajes de pequeño tamaño únicamente sobre el hueso sacro y, aunque no funcione tan bien, sobre el glúteo mediano, ligeramente hacia la parte exterior, donde el músculo es algo más ancho.
Si queremos tatuar la mayor parte de la zona inferior de la espalda lo más conveniente es usar la espina como elemento de encaje y amarre para la composición, añadiendo vértices sobre ella, y ocupando la región fasciotorácica lumbar, realzando el corte inferior del dorsal ancho y el superior del glúteo mediano.

 

 

En el caso de espalda completa podemos prescindir totalmente de la anatomía de esta. Tenemos el mayor lienzo del que disponemos en el cuerpo, y por su tamaño y homogeneidad tenemos la oportunidad de permitirnos la licencia de ignora

r las irregularidades dermográficas que presenta en pro de conseguir una composición original. No obstante, si amoldamos los elementos principales a zonas concretas del cuerpo podemos conseguir efectos más potentes, aunque no estemos limitados ni obligados a ello.

 

 

 

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