De nuevo Bienvenidos a este apartado donde tratamos a fondo los trabajos que considero más dignos de mención por su dificultad u originalidad.
Este tatuaje que os presento hoy está a mitad de camino entre el tapado y el arreglo.
En este trabajo hay dos grandes problemas. Uno de ellos es la zona. La piel del cuello, al ser una zona con mucha movilidad, no está tan tensa como en otras zonas del cuerpo, por lo que es más difícil de estirar para dejar un acabado limpio y compacto. Además el cuello tiene mayor tendencia al sangrado, lo que dificulta la aceptación de la tinta por parte de la piel.
El otro gran inconveniente de este tatuaje es que el trabajo anterior está bien pinchado. Normalmente cuando el coleccionista solicita tapar o arreglar un tatuaje suele ser porque está viejo y deteriorado, lo cual facilita al tatuador el arreglo.
En este caso Jesús, proveniente de Loja, con lo que no estaba contento era con la forma y el acabado en el cuerpo. La forma de las garras era poco anatómica, la cola que le iba hasta casi la oreja era demasiado gruesa y también quería cambiar la expresión de la cara.
En resumen teníamos que tapar un tatuaje bien afianzado en la piel, reciente y en una zona problemática, ya que un tapado requiere que el nuevo tatuaje sea mayor que el anterior, pero en esta zona agrandar es difícil, por lo que decidimos arreglar el dragón existente tapando solo las zonas no deseadas.
Para conseguirlo diseñé una nueva cabeza para la criatura que calqué un poco más adelantada para que el tatuaje antiguo no le entorpeciera, ya que es bastante pequeño de por sí y la cabeza tiene mucho detalle. Al ser el cuello de los dragones de una longitud variable, teníamos esa posibilidad y decidí aprovecharla.
El resto de detalles tuve que añadirlos a mano alzada*. No suelo abusar de esta técnica, aunque obtenga buenos resultados. No habitúo a dejar los “freehands” muy terminados, apenas dibujo lo justo para aclararme por dónde va cada cosa, lo cual entiendo que requiere un esfuerzo extra de confianza por parte de mi cliente, más aún porque era la primera vez que nos veíamos. Supongo que vio trabajos míos anteriores. La confianza del cliente es el don más preciado que tiene un tatuador, pero hay que saber ganársela y no perderla.
Una vez tuvimos la línea y una pequeña cantidad de sombras* ya prevalecía el nuevo dragón sobre el antiguo. Agrandamos sus garras para que adoptaran una pose más apropiada, y la melena del dragón ayudó a disimular lo que sobresalía de la cabeza del otro tatuaje.
Las líneas de el dragón antiguo estaban bien perfiladas, era un tatuaje bien realizado, pero quizás su autor se confió demasiado y se precipitó a la hora del diseño* y de lo complicado que es hacer que quede bien un dragón de ese tamaño, en esa zona y con el condicionamiento de que la cola subiera por el cuello. Pero si ya esto es complicado aún lo es más arreglarlo si no sale bien.
No obstante vi otro tatuaje de este mismo autor en el pecho del coleccionista y era muy bueno, con una línea muy personal y unos sombreados muy finos, reconozco que me gustó mucho y se lo dije al cliente. No conozco a este tatuador, ni siquiera sé cómo se llama y no tengo nada en contra suya. No quiero desacreditarlo ya que todos hemos cometido errores, también yo he visto a amigos míos taparse tatuajes antiguos que yo les hiciera en su día.
Para disimular las líneas que quedaron en el dintorno del dibujo la temática me volvió a brindar como con la longitud del cuello perfectamente adaptable la excusa perfecta mediante la textura del escamado.
El ingenio y la capacidad de adaptación son los dos requisitos más importantes de todo buen coverista. Hay que saber utilizar los elementos que tenemos para que a la vez que se tapa el antiguo se reconozca la nueva representación con la suficiente nitidez como para que no solo no se vea el viejo, sino que además luzca el nuevo, si el tamaño no quiere o no puede aumentarse mucho se reduce el margen de maniobravilidad que tenemos.
Como el entramado de las escamas permite cierta flexibilidad utilicé una escama de un tamaño menor del habitual y continuo, con lo que conseguí enmascarar la mayor parte de las líneas que quedaban dentro del contorno.
Del resto se ocuparon el color y las crestas de la espina dorsal y la cola, que junto con una sombra proyectada en su base consiguieron que disminuyera el excesivo grosor que dicha cola tenía. La cola fue lo más complicado debido a lo comprometido de la zona. Lo ideal hubiera sido hacer una cola mucho más sinuosa y enroscada, pero el espacio que se tiene en el cuello limitaba mucho las condiciones, y habría sido excesivamente llamativo a efectos sociales, por eso quisimos arreglarlo con lo mínimo para evitar que en el futuro pudiera ocasionarle consecuencias negativas. No hay que olvidar que siempre hay que tener prudencia en todos los ámbitos del tatuaje.
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*Palabras contenidas en el Glosario