Ya hemos visto los tipos de piel en función a la cantidad de sebo que generan en el capítulo anterior. En este vamos a hablar de sus estados. Un resultado satisfactorio tras la curación de un tatuaje* no solo depende de la herencia genética, también depende de su estado ya sea habitual o excepcional.
Como estados circunstanciales que influyen en la aceptación de la tinta en la piel todos aquellos que enajenan el estado natural de la piel son potencialmente perjudiciales para que el tatuaje se quede bien.
EL SOL.
Ya sabemos que tomar el sol mientras curamos un tatuaje es muy perjudicial para obtener un buen resultado. Tampoco tomarlo antes de tatuarse es una buena idea.
La piel quemada haya mudado o no es más fina por la película fina de piel transparente que pierde al principio por la prematura y elevada muerte de células epiteliales que produce la radiación solar.
En personas que mantienen el bronceado todo el año la piel se acomoda a ser ligeramente más fina, pero es en ocasiones de bronceado extremo cuando más se acusan los problemas. Si ha sido en una sola vez en la playa y se acude con la piel enrojecida al estudio de tatuajes no solo va a doler mucho más, sino que también va a sangrar con mayor abundancia, por lo que expulsará la tinta y habrá que dedicarle más tiempo con peores resultados.
Cuando la piel está mudando corremos el riesgo técnico de que al limpiar el tatuaje mientras se realizan las líneas se traiga la piel muerta junto con la transferencia* o dibujo a mano alzada, por lo que el tatuador tendrá que hacer el trabajo a ciegas, lo que puede afectar al resultado.
Una vez mudada la piel del sol si se toma el sol con frecuencia para mantener el color tostado no se la deja recuperar su grosor natural, más aún si no se la hidrata, ya que la sequedad aparece más fácilmente en cuerpos bronceados.
Como ya vimos en el funcionamiento de la piel las partículas de pigmento se depositan en la epidermis en distintas profundidades, por lo que al ser más fina esta capa tiene menores capacidades de contraste. No se consiguen tonos tan intensos y los degradados* son menos amplios.
En ocasiones la piel morena se tatúa un poco a ciegas, ya que hay detalles claros que no se aprecian en el momento de la realización del tatuaje por el bronceado, pero un tatuador experimentado sabe que está ahí, y que cuando llegue el invierno y pierda el moreno será cuando se vea.
De la misma forma, un tatuaje que haya sido realizado en invierno, si se toma el sol queda más mate y se aprecia peor cuanto más oscuro es el bronceado.
Los rayos UVA también son muy nocivos para un tatuaje reciente, y muy peligrosos si se toman antes de un periodo inferior a dos meses.
GROSOR Y TONO DE LA PIEL Y LUNARES.
Así como pasa con los bronceados del sol también la piel puede ser más pálida o morena según la raza y el individuo en particular.
En los casos de piel morena natural no tenemos los problemas de piel maltratada por el sol pero sí de la peor apreciación del diseño. Cuanto más clara sea la piel mejor se verá el tatuaje.
La melanina* es el pigmento natural del cuerpo, es un derivado de la tirosina, un aminoácido, y se produce en la capa basal* de la piel. Esta sustancia es la responsable del color de la piel tanto natural como circunstancial por el bronceado.
Aparte dar del tono a la piel, la melanina cumple la función de protección natural a la radiación ultravioleta, por lo que las pieles más blancas son más sensibles a esta.
La ausencia total de melanina es conocida como albinismo, y solo en ciertas partes falta de pigmentación. Este tipo de piel presenta cierta resistencia a la aceptación de la tinta del tatuaje. Así mismo el exceso de pigmentación que genera los lunares también evita que esta zona de la piel pueda o deba ser pinchada, ya que la saturación del pigmento natural evita la asimilación de otro tipo de pigmentos. Además, el pinchado innecesario de lunares puede estimular la aparición de melanomas.
Pese a que no se debe tatuar sobre lunares y verrugas, las pecas originadas por el sol habitualmente en la espalda pueden tatuarse perfectamente.
El grosor natural de la piel también puede influir en el resultado de la dermografía* en la piel junto a la cantidad de melanina que contenga. Una piel demasiado fina tiende a un sangrado más abundante y tiene menos margen de profundidad para obtener calidades, mientras que una piel excesivamente gruesa tiene menos transparencia, por lo que los colores y los negros puros van a tener un menor índice de saturación y la gama de degradados tiende a igualarse perdiendo bastante contraste.
La dureza de la piel también influye en la asimilación de la técnica, las pieles frágiles son quebradizas y generan heridas con facilidad, lo que evita que el pigmento se asiente exitosamente.
Las pieles duras ofrecen mucha resistencia a la aguja, por lo que requiere más tiempo para realizar el tatuaje, aumentando la posibilidad de que el dolor del coleccionista o el cansancio del aplicador puedan desistir de hacer ciertos detalles y dejarlo algo más inacabado por desesperación.
En las pieles extremadamente duras un grupo de agujas* de línea de 9 deja una línea más propia de 7, y la precisión del sombreado por presión* puede verse afectada ya que hay que apretar un poco más ya que es más fácil pasarse, aunque si se está en manos de profesionales no es un aspecto que nos deba preocupar.
Tanto en la dureza como en el grosor y el tono de la piel lo ideal es un punto intermedio equilibrado.
HERIDAS, QUEMADURAS Y CICATRICES.
El tema de que heridas y cicatrices acepten bien la realización del tatuaje dependerá de la gravedad de estas. Obviamente una herida reciente aún con la costra no se puede tatuar porque la piel necesita regenerarse y estar en condiciones para ser tatuada.
Lo mismo pasa con las quemaduras. Si están muy recientes la tinta no tendrá piel donde depositarse si hay pompa o costra.
De la misma forma un tatuaje en estado de curación es también un tipo de herida. La prisa por terminar un tatuaje puede hacer que se aplique la técnica cuando la piel aún no esté lista. La consecuencia, aparte de un dolor más acusado es que si hay costra la levantaremos antes de tiempo y puede comenzar a sangrar. Si ya no hay costra aún así la piel recién tatuada es muy fina y quebradiza, por lo que no se puede hacer un buen trabajo sobre ella.
No se debe tatuar sobre un tatuaje durante la curación. Hay que dejar que la piel se recupere, no solo que se caiga la costra sino también que se vaya el brillo que queda tras caerse, que la piel se vea claramente recuperada.
Normalmente el tiempo de espera si se ha curado correctamente oscila entre una y tres semanas, dependiendo de la superficie del tatuaje, por lo que solo líneas* finas cura muy rápido mientras que las grandes superficies de relleno necesitan más tiempo de recuperación.
La gran duda reside a la hora de decidir cuándo se puede tatuar una herida o quemadura. Ya hemos mencionado que cuando son recientes no se pueden tocar, y si son heridas que luego no dejen cicatrices ni marcas no habrá problema.
Cuando son heridas y quemaduras que van a dejar cicatriz es donde se origina la polémica. Según la gravedad de la cicatriz podrán ser tatuadas o no.
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Una cicatriz se forma como consecuencia de un desgarre o quemadura para regenerar la piel. Para taponar la herida el cuerpo utiliza colágeno producido por los fibroblastos y plaquetas. El tejido generado no es tejido epitelial sino fibrilar, más parecido al tejido de los músculos que de la piel.
Una vez que la herida está recuperada y se cae la costra (que está principalmente constituida por trombocitos o plaquetas) queda esta superficie de tejido fibrilar a la que llamamos cicatriz. En este momento el tejido conectivo, responsable de la generación del colágeno comienza a reabsorberlo en un proceso que tardará años. Si la herida era muy grande la cicatriz será para toda la vida, más aún si se trata de una cicatriz queloide*.
Hay formas de conseguir que una cicatriz se quede mejor de lo esperado. Comenzando por el tipo de sutura y de curación en un primer momento y con ayuda de cierto tipo de sustancias y cremas como el aceite de Rosa Mosqueta* una vez curado puede mejorarse el estado de la cicatriz.
Mucha gente me pregunta si se puede tapar una cicatriz con un tatuaje. Según el tipo de cicatriz se puede tatuar o no. Hay un amplio abanico de grises entre el “se puede” y el “no se puede”. Obviamente el tatuaje no va a eliminar la cicatriz por arte de magia, pero si es una cicatriz que se pueda tatuar la puede disimular o enmascarar. Las calidades que pueden conseguirse sobre el tejido cicatricial así como su longevidad se ven afectadas negativamente.
MUCOSAS, ESTRÍAS Y QUISTES.
Como zonas que la gente pueda pensar que no sean posibles de tatuar y sí que lo son pero con ciertas limitaciones están este apartado. Las mucosas, piel del interior de la boca o la vagina y el glande son tatuables, aunque dadas las características regenerativas y la finura del epitelio de estas zonas tienden a estropearse rápidamente y borrarse total o parcialmente.
Los quistes son una membrana subcutánea que puede encontrarse llena de líquido, grasa, sebo u otras sustancias. El pinchado del tatuaje no llega a la profundidad necesaria para que el quiste pueda suponer un problema aunque sea un poco más incómodo, pero hay que tener en cuenta que si se tiene intención de extirparse en un futuro la incisión quirúrgica puede dañar el tatuaje.
Respecto al tema de las estrías, se puede tatuar encima de piel estriada. Las estrías son transparencias de tejido conjuntivo debido a cambios muy bruscos en la tirantez de la piel por variaciones extremas y rápidas en el peso corporal, así como por una excesiva producción de cortisol en las glándulas suprarrenales o un consumo excesivo o prolongado de fármacos con contenido de corticoides u otras hormonas de carácter esteroidal. Este tipo de estrías presentan un color violáceo y son conocidas como “Síndrome de Crushing”.
Que pueda tatuarse sobre las estrías no quiere decir que el tatuaje las borre. Al igual que en las cicatrices un tatuaje puede disimular la marca no implica que la textura o el relieve del accidente dermográfico vaya a cambiar, pero puede desviar la atención de quien lo ve.
Y hasta aquí llegamos con el apartado de los estados de la piel, espero que haya sido productivo y en la siguiente entrega concluimos hablando sobre las enfermedades de la piel que pueden afectar o impiden la realización de un tatuaje.
(1) En Roots Tattoo NO realizamos escarificaciones*, la imagen de arriba es obra de un artista de Barcelona y el brazo pertenece a “No-El” de Madrid, primer anillador que tuvo Roots Tattoo, a principios de 2006. Un abrazo donde quiera que estés y espero que tus pasos te traigan de vuelta alguna vez por Granada, aquí tienes tu casa.
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