Comenzamos en esta entrega a publicar con carácter recopilatorio los tatuajes más representativos del año 2015. Es curioso cómo puede apreciarse la evolución del estilo de un año para otro en cualquier artista.
En la anterior recopilación hablamos del estilo propio de forma general y atemporal, como una unidad compacta y duradera, pero todo buen artista necesita evolucionar si quiere mejorar en su ámbito. Si se estanca en hacer siempre lo que sabe que le sale bien tendrá una trayectoria monótona y poco interesante, pese a que la calidad de sus trabajos pueda ser inmejorable.
Las nuevas tendencias van influyendo en el estilo, la gran variedad de recursos que existe en el ámbito del tatuaje* hace que el tatuador tenga opciones para definir su propio estilo tomando los efectos, el estilo o los grafismos* que más se adapten a sus habilidades o necesidades, incluso que enmascaren algunas carencias o defectos.
En la medida de lo posible el artista trata de darle su toque personal al recurso utilizado, lo cual aumenta la originalidad a medida que se aleja de los patrones establecidos por el estilo que se esté trabajando. Por ejemplo dentro del estilo japonés existe el recurso de las olas de agua encrespadas, pero cada artista las trabaja de una forma diferente.
Todos los tatuadores tenemos rachas en las que nos puedan atraer más o menos algún recurso o estilo. El poder experimentar con ellos depende también de la colaboración del coleccionista, que al fin y al cabo es quien va a llevar el tatuaje y su opinión cuenta, no se debe querer imponer nuestro estilo al cliente, el tatuaje perfecto surge de un consenso de colaboración entre el tatuador y el tatuado.
En caso de disponer de usuarios colaborativos el tatuador puede utilizar las fotografías de estos trabajos más experimentales para proponer trabajos similares con un precedente gráfico.
De esta forma en cierto sentido es la aceptación de los clientes la que determina que un artista tatuador pueda seguir ahondando en el terreno en el que se sienta cómodo. Esto no ocurre en otras categorías como la de la pintura, el dibujo y el diseño, en los que tiene un consuelo y una magnífica oportunidad de practicar.
Si una persona quiere hacer tatuajes de un estilo pero no tiene demanda no adquirirá la experiencia necesaria para desarrollar sus capacidades en esa materia salvo por la realización de diseños flash* para mejorar la técnica a la espera de que aparezcan coleccionistas de tatuajes a los que les puedan gustar ese rollo.
No siempre se avanza hacia adelante en el acto de evolucionar, el artista tiene rachas de probar unos resultados y acabados u otros, de los cuales según los resultados algunos los irá desechando y otros los irá perfeccionando.
Como ya vimos en un viejo artículo sobre quién es mejor tatuador, podemos distinguir entre dos tipos de tatuadores según sus intereses, sin tener por qué ser una clase mejor que la otra:
TATUADORES ESPECIALIZADOS
Hay tatuadores que son especialistas en uno o dos estilos en concreto, y no suelen aceptar otro tipo de trabajos. Normalmente esto pasa en grandes estudios de tatuajes en los que hay muchos tatuadores y tienen una afluencia de trabajo suficiente para poder compartimentar su trabajo y dar a cada tatuador lo que es su especialidad, repartiéndose los trabajos pequeños o que no se puedan catalogar fácilmente.
Los tatuadores especializados tienen la ventaja de poder avanzar en su materia mucho más de lo que lo harían si tatuaran un poco de todo. No quiere esto decir que un tatuador especialista en tatuaje maorí no sea capaz de hacer un magnífico trabajo estilo neojaponés por ejemplo, si un artista tiene calidad la va a demostrar en todos los ámbitos, aunque siempre haya estilos que le cuesten más.
El hecho de que todas estas etapas de pruebas de las que hemos estado hablando estén orientadas a un campo en concreto hará que consiga pulir mucho más su estilo, pudiendo si es un artista conocido crear escuela, abrir camino para que otros artistas puedan inspirarse y seguir ahondando en estas facetas que, cuando son investigadas por muchos se convierten en vertientes, tendencias, corrientes y finalmente pueden crear estilos nuevos y genuinos resultados de la evolución de un estilo más antiguo.
Es trabajo conjunto de todos los que se dedican a un estilo conseguir que este crezca, se consolide y perdure.
TATUADORES VERSÁTILES
El otro tipo de tatuador no necesariamente menos hábil que el tatuador especialista es el artista polivalente y versátil.
Este tipo de tatuadores, aunque normalmente tenga predilección por algún estilo puede considerarse más exento de las limitaciones que esto conlleva. Al haber experimentado con más variedad de estilos tiene más espectro de visión cuando tiene que tratar con el cliente, y es también más flexible a la hora de enfocar el proyecto porque tiene más práctica haciendo fusiones de estilo.
Lo ideal es que si una persona quiere un estilo de tatuaje muy concreto como por ejemplo el tradicional Old School* y lo quiere con el acabado más parecido posible a lo que los patrones de ese estilo marcan acuda a un tatuador que esté especializado en ello, mientras que si está más abierto a sugerencias y a cambios o no tiene claro lo que quiere es más recomendable acudir a un tatuador versátil ya que este no va a tratar de obligarte a hacer el diseño del estilo en el que sea más profesional.
Normalmente en estudios en los que no hay muchos tatuadores trabajando los que haya tendrán que ser versátiles. En ocasiones un tatuador especializado que monta un negocio tiene a un todoterreno (en ocasiones un aprendiz para trabajos pequeños) para que haga todas las cosas que no son su especialidad. En otros casos el propietario de una tienda de tatuajes es polivalente pero hay algún estilo concreto que no quiere o no sabe hacer, por lo que contrata a un tatuador especializado en ese estilo que se encargue exclusivamente de ese tipo de proyectos.
Ya sean versátiles o especializados, todos los artistas tienen si vemos la trayectoria general de su obra ciertas etapas en las que usa o empieza a usar ciertos recursos gráficos concretos ya sean de líneas, puntos, sombras, temática, color etc mediante los cuales no solo puede reconocerse la autoría de la obra sino también la época en la que fue realizada.
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