Nuevamente volvemos con nuestro habitual recorrido por los tatuajes realizados en este estudio de Granada. Poco a poco vamos llegando a una época más moderna, por lo que los trabajos que vamos ofreciendo son más parecidos al estilo, la apariencia y la calidad que hoy por hoy ofrece Roots Tattoo.
Pese a tener un estilo propio muy característico, no impongo en absoluto mis gustos o mis predilecciones a nadie, sino que suelo adaptarme a las exigencias del cliente, que al fin y al cabo es quien va a llevarlo.
Siempre que no me pidan cosas imposibles trato de entender la idea que el cliente tiene en la cabeza para a partir de ella proponer cambios y mejoras.
En ocasiones en seguida se establece una conexión excelente y un magnífico entendimiento entre el tatuador y el tatuado, con lo que todo el proyecto fluye y resulta cómodo y agradable.
Desgraciadamente en otras ocasiones el cliente no colabora o no se entiende con el tatuador. En especial esto ocurre a menudo cuando quieren meter mucho detalle en un espacio demasiado pequeño.
Tampoco es bueno el entendimiento cuando se pretende controlar hasta el más mínimo detalle del tatuaje*, queriendo relegar al tatuador simplemente a la función de pelele que tiene que hacer exactamente lo que le digan en pequeños detalles tan ínfimos que resulta absurdo.
Si no confías en quien te esté tatuando no sé qué haces en su tienda o en su casa, pero tu tatuaje no va a quedar mejor porque quieras controlar cada minúsculo detalle, a no ser que sepas tú más que el tatuador, cosa poco probable.
Seguramente si acudimos a un tatuador al que vamos a querer utilizar como un esclavo en lugar de como artista nunca vamos a obtener un resultado mejor que el que nosotros podamos imaginar, mientras que si confiamos en su experiencia podrá captar la idea y aportar su punto de vista y buscar una solución más eficaz que la que nosotros tengamos en la cabeza.
Ocurre cuando nos obsesionamos con un diseño o algo que pensamos en nuestra imaginación que puede quedar bien y esta obsesión nos ciega y no nos deja ver más allá.
Hay quien tras varios estudios profesionales de tatuajes visitados en los que le hayan dicho que eso que quiete hacerse es imposible o no va a quedar bien continúan buscando el tatuador que les diga que sí, que se lo hace aunque en principio no hubiera sido la primera opción del usuario.
Normalmente cuando una persona quiere hacerse un tatuaje comienza por buscar al tatuador que se adapte mejor a sus requisitos por estilo, cercanía, económico, etc, según lo que quieras hacerte. Obviamente no es buena idea ir a pedirle un retrato a alguien que esté especializado exclusivamente en Old School o viceversa.
Si tus tres o cuatro primeras opciones ya te han dicho que eso que quieres no se puede tatuar o no va a quedar bien tal vez debas empezar a escuchar, porque es muy posible que el tatuador que te haya dicho que sí lo haya hecho solo por la pasta.
Pues aún así es enorme el número de coleccionistas de tatuajes que llevan auténticas aberraciones en su piel por haber seguido buscando hasta dar con alguien que consienta en hacerle aquello que los profesionales ya le advirtieron que no iba a quedar bien.
Afortunadamente hay tatuadores expertos en el tapado del tatuaje, por lo que tampoco este error cometido tiene que ser totalmente irreversible.
En el caso de un cover up* procura no cometer el error de nuevo de no escuchar los consejos del tatuador porque vuelvas a estar cegado/a por tu creencia en que va a quedar bien sí o sí como tú lo tienes en la cabeza, porque no solo puede que el tatuador no sea capaz de leer tu mente para sacar ese dibujo que tal vez no hayas sido capaz de explicarle con claridad.
No quiere esto decir que el tatuador vaya a tener siempre la razón. Hay que tener criterio propio y valorar si las indicaciones que nos dan resultan verosímiles.
Evidentemente tatuadores, al igual que clientes hay de todos los tipos. No debemos tampoco dejar que nos impongan ellos a nosotros el rollo que a ellos les mole, ni una cosa ni la otra.
Es muy conveniente acudir a un tatuador cuyo trabajo o sus preferencias se asemejen a aquello que queremos hacernos para que el entendimiento entre vosotros sea mejor.
El punto óptimo del resultado de un tatuaje se encuentra en una situación intermedia de ambos puntos de vista, el del coleccionista y el del aplicador* de la técnica, y a este consenso solo puede llegarse mediante la comprensión, el respeto y la colaboración mutua.
ANTERIOR | SIGUIENTE
ÍNDICE DE PUBLICACIONES
*Palabras contenidas en el GLOSARIO
