Sexta entrega de recopilación de mejores tatuajes de 2015 del estudio de tatuaje* Roots Tattoo en Granada capital, la número 39 del cómputo general.
En esta ocasión quisiera hablar acerca de la impaciencia y las prisas a la hora de tatuarse. Es un defecto que se aprecia comúnmente en ciertos coleccionistas* y que puede llegar a ser desesperante.
En todos los aspectos del tatuaje la prisa es una pésima consejera.
Recuerdo haberlo mencionado ya en alguna otra ocasión en algún otro recopilatorio, Hay cosas que se hacen deprisa o se hacen bien.
La paciencia es una de las cualidades más loables tanto para un tatuador como para un coleccionista*, de hecho Shakespeare la definió como “la mayor de las virtudes”.
Tanto la prisa o la impaciencia por terminar una sesión porque nos esté costando o simplemente estemos aburridos, la prisa por querer hacer en una sesión lo que necesita dos, por no esperar a que esté totalmente cicatrizado para volver a una zonas, la inexplicable impaciencia de dar igual lo que hacerse con tal de hacerlo ya sin buscar un significado tanto por parte del usuario* como del tatuador van a obtener resultados menos satisfactorios en la piel.
A veces la base de esta prisa es el dinero, en especial cuando el precio está condicionado por en número de horas o de sesiones.
A veces da la impresión de que me miran como a un taxista que ha elegido la ruta más larga o la que sabe que va a estar más colapsada de tráfico. Cuando vemos un tatuaje (en especial algunos estilos como el realismo* o el japonés*) muy bien realizado si sabemos apreciar el trabajo del artista una de las primeras cosas que deberíamos evidenciar es que ese trabajo ha llevado una buena cantidad de horas. Hasta el mejor de los tatuadores necesita dedicarle tiempo a sus obras para hacer arte de ellas.
Nadie que se pare a ver ciertos tatuajes que destacan del resto puede pensar que ellos hayan sido elaborados con prisa o en un tiempo récord. Sus portadores han pagado más por él porque el resultado ha sido mejor, y ello es
Bien cierto es que hay clientes y tatuadores de todos los tipos y para todos los gustos, habrá tatuadores tranquilos, los hay muy rápidos que dejan buenos resultados en un tiempo récord, así como hay clientes que prefieren que se lo hagan con menor intensidad de pinchado porque les cuesta más controlar el dolor.
También estará el tatuador que pierde tiempo adrede, normalmente el tipo de tatuador que hace estas cosas suele ser principiante o no muy profesional, el artista que logra reconocimiento es porque el tiempo que invierte en el tatuaje es para que se quede mejor y no para cobrar más. Obviamente si un tatuador se está levantando continuamente y está más tiempo fuera que dentro de la zona de trabajo es motivo para llamarle la atención. Ya puede ser el mejor tatuador del mundo que si le estamos pagando por su tiempo ese tiempo es para nosotros. Naturalmente alguna interrupción habrá, en especial para los que trabajamos solos en nuestro estudio, pero se puede uno dar prisa en atender a otros clientes y al mismo tiempo hacerlo correctamente.
Yo personalmente procuro alargarme un rato variable de enrolle en cada sesión no solo para compensar interrupciones y evitar este tipo de comentarios tentadores, sino también para dejarles alguna parte más terminada, por el bien de mi trabajo.
Este es el aspecto de la prisa en tatuajes por horas o por falta de tolerancia al dolor o incluso de seriedad para con la prisa en ambas partes del rito, el aplicador* y el coleccionista*.
También está la prisa por tatuarse, la pura impaciencia.
¿TIENES PRISA POR TATUARTE?
Es totalmente comprensible, un tatuaje surge en algún momento de cambio y queremos verlo en nuestra piel mientras aún está fresco, pero hay que saber según el tatuaje que nos queramos hacer si queremos que sea de algún artista famoso o reconocido vamos a tener que soportar listas de espera de meses o incluso años, tiempo durante el cual puede que nuestra situación económica haya cambiado o la idea de lo que queríamos.
Normalmente, al tener un HORARIO ADAPTADO procuro satisfacer a los dos tipos de clientes. Normalmente todos los tatuajes tanto en el estudio de Granada como en el de Almuñécar mientras lo tuve los he hecho yo, no cobro un trabajo de profesional para dárselo a un aprendiz inexperto, aunque sean pequeños, siempre he trabajado solo entre otras cosas por mi naturaleza intimista.
Cada tatuaje necesita un tiempo apropiado de planificación acorde a lo buscado, y hay tatuajes pequeños que no requieren mucha preparación, muchos de ellos son durante un viaje en el que van a estar pocos días y buscan un estudio en Granada con disponibilidad horaria para hacerse un tatuaje.
Normalmente si es posible me intento adaptar aunque sea en horario algo inusual, siempre y cuando lo hablemos con suficiente tiempo, ni trabajo en el acto ni 24 horas, pero es muy sencillo consultar disponibilidad mediante las nuevas tecnologías. Solo tienes que escribir un whatsapp (hay otras formas de contacto, pero esta es la más rápida para mí):
CONSULTA CÓMODAMENTE DISPONIBILIDAD HORARIA Y PRESUPUESTO
VÍA WHATSAPP
605 879 541
El otro tipo de cliente que es menos espontáneo, que quiere hablar tranquilamente de su proyecto también tiene la opción de en lugar de explicar su idea por teléfono de tener un contacto más personal podemos quedar sin compromiso en el estudio para hablar de ello en persona con el lienzo, papel y lápiz sin ningún problema a una hora que ambos podamos.
Un proyecto bien planificado requiere eso sí paciencia, los tatuadores solemos ser por lo general gente bastante ocupada, pero haciendo las cosas bien se puede encajar a cada persona dentro de un margen de tiempo bastante razonable adaptado a las necesidades y posibilidades de cada persona.
Así que ya sabéis:
“Si quieres un buen tatuaje encuentra tu paciencia y no acabes con la del tatuador o del cliente.
Recordad que ambos tenéis un mismo objetivo, o deberíais.”
Esta última frase queda como preludio al próximo artículo de la página, en el que damos consejos para acudir a una cita para hacerse un tatuaje.
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