Hay tatuajes que no están ideados para expresar ninguna idea salvo el embellecimiento del cuerpo. Las flores son un elemento muy representado en este tipo de tatuajes, especialmente en coleccionistas* del género femenino. Ya sean realistas o iconográficas, a color* o en escala de grises, grandes o pequeñas, las flores son un elemento muy recurrido para decorar el cuerpo.
Hay quien las utiliza como complemento de un diseño de fantasía, de estilo japonés* o tradicional americano, para los que también suelen tatuarse flores los hombres. Son diseños* que habitualmente no tienen un por qué, simplemente la ornamentación del cuerpo, solo se busca la belleza. Claro está que si se busca un tatuaje* que solo sea hermoso la mejor forma de conseguirlo es tatuando algo que ya de por sí lo sea.
Pese a que hay flores que tienen un significado propio, en especial las orientales (lotos, crisantelmos o flores de cerezo), hay coleccionistas que no solo buscan el embellecimiento del cuerpo, sino que aportan alguna simbología al motivo, como hacer una flor por cada número de miembros de su núcleo familiar o tatuarse la flor favorita de un ser querido perdido. Habitualmente las flores, cuando no están como mero elemento decorativo, suelen tatuarse con efecto conmemorativo de seres queridos.
El color es una característica muy especial de las flores. A efectos visuales el color nos permite enriquecer la obra creando vivos contrastes cromáticos o realizando diversas variaciones tonales dentro de la misma gama de color para darle diversidad de una forma más sutil. Puede realizarse una masa compacta redonda u ovoidal con flores que ocupen una región concreta del cuerpo, así como detalles pequeños de una o dos flores en localizaciones puntuales, aunque lo más habitual es que se realicen de forma alargada y estilizada.
La forma alargada de este tipo de tatuajes busca mayormente el embellecimiento del cuerpo, y su grosor debe ser proporcional a longitud del mismo, es decir, que a no ser que ocupe muchas pequeñas regiones en las que no quepa un tatuaje de gran tamaño el tatuaje debe ganar en grosor en tanto que aumenta su longitud. Las flores suelen ir acompañadas de un elemento, orgánico o no, que simula una enredadera.
El elemento orgánico suele ser evidentemente vegetal, basado en la composición mediante tallos flexibles que se enredan adaptándose a la anatomía del coleccionista. Estos motivos pueden sintetizarse en tintas planas* creando una especie de tribal moderno orgánico vegetal, en el que la síntesis puede llegar a la pura abstracción, y no necesariamente debe ir acompañado de elementos florales.
Además de la ornamentación floral y/o tribal, el tatuaje estilizado también presenta otros motivos como las partituras con notas musicales cadenas de estrellas, huellas de animales, etc.
Como tatuaje ornamental también podemos considerar aquellos basados en el estilo del modernismo. El modernismo se desarrolla en Europa a finales del siglo XIX y principios del XX, período conocido como “Fin de Siècle” o “Belle Époque”. Esta corriente, con clara herencia de la época victoriana, recibe diversas denominaciones. En los países anglosajones es conocido como “Modern Stile”, en Francia y Bélgica “Art Nouveau”, “Jugendstil” en Alemania y los países nórdicos, “Nieuwe Kunst” en Países Bajos, “Sezession” en Austria y “Liberty” o “Floreale”, como era conocido en Italia.
Este estilo fue creado con la intención de romper con las corrientes artísticas dominantes de la época, el académico, en el que se encontraban el “historicismo” y el “eclecticismo”, como las nuevas tendencias, en las que se encontraban el “Realismo” y el “Impresionismo”.
El modernismo está inspirado en las formas orgánicas, preferentemente vegetales. Hace uso de la línea curva y envuelve y se entrelaza con el elemento al que acompaña ondeando sensualmente de forma no simétrica. La figura femenina está muy presente en estas ilustraciones, y sus ropajes reciben un trato muy propio del estilo conocido como drapeado. Es un estilo que abarcó pintura, arquitectura, escultura, cerámica, cartelería, ilustración, cristalería y joyería entre otras muchas competencias, entre las cuales actualmente encontramos el tatuaje.
Hay otra vertiente de tatuaje explícitamente ornamental originaria de la India, el estilo Mendhi. El tatuaje Mendhi no es un tatuaje definitivo, sino temporal, y su longevidad suele estar entre tres y cinco semanas.
Los tatuajes son realizados con una solución que consiste en el polvo verdoso resultante de triturar hojas de henna mezclada con aceite de eucalipto y agua sola o con té. Este pigmento no se punza en la piel, sino que se aplica sobre ella.
Es portado exclusivamente por mujeres, en manos y pies fundamentalmente aunque pueden extenderse por antebrazos y pantorrillas. Este tipo de tatuajes es muy utilizado en las bodas indias tanto por la novia como por las invitadas, ya que sus tradiciones lo asocian a la buena fortuna matrimonial. El tatuaje de henna tiene también una función práctica, la de refrigerante. Cubrirse la palma de la mano y la parte superior de los pies con este ungüento es refrescante y combate el sofoco de las duras estaciones estivales de la India.
Los diseños tradicionales de estos tatuajes son variables según la región de la que provengan. Son diseños lineales muy intrincados, y habitualmente representan motivos vegetales, aunque en regiones como la de Rajastán también se representan animales.
La técnica del tatuaje permanente no podía resistirse a esta bella forma de representación y es común encontrar este tipo de diseños tatuados en cualquier parte del cuerpo, no solo en manos y pies.
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