Las flores han sido siempre un diseño muy común entre los tatuajes realizados en todos los tiempos y lugares del planeta. En realidad los motivos florales y vegetales han sido desde siempre un recurso muy utilizado en la ornamentación artística y artesanal, decorando templos, cuadros, ropa, espacios abiertos o cerrados y un largo etcétera en el que por supuesto no nos podemos dejar atrás el tatuaje tanto masculino como femenino.
Las flores nos recuerdan la juventud, florecen en su mayoría en primavera para reproducirse, produciendo buen olor y alegrando los paisajes y los balcones de las casas con sus variados coloridos.
Son el elemento decorativo más utilizado tanto en el arte como en la vida cotidiana, alegran la vista y el ambiente con su fragancia. Se llevan para animar tanto a una pretendida pareja como a un enfermo o incluso difunto, se colocan como complemento de la ropa en un sombrero o directamente en el pelo, en la solapa de la chaqueta, a modo de collar, etc.
Sea lo que sea lo que deseemos adornar una flor siempre va a ser bien recibida, incluida cuando es en la piel tanto de un hombre como de una mujer.